Guayanilla, presente en Mayagüez 2010

Primera de varias entradas dedicadas a la fiesta
deportiva y cultural del área oeste en su décimo aniversario

Fuera de la fiesta deportiva y cultural que enmarcaron los XXI Juegos Centroamericanos y del Caribe entre el 17 de julio al 1ro de agosto de 2010 en Mayagüez, la isla vivió el lema “Somos todos”.

La frase celebre que adoptó el Comité Organizador de Mayagüez 2010 fue fruto de todos los esfuerzos que hizo cada uno de los puertorriqueños para que el evento fuera exitoso. Previo al momento culminante, los municipios de la Isla del Encanto disfrutaron el relevo de la antorcha centroamericana. Un espacio que le brindó a personalidades deportivas rememorar la aportación valiosa del deporte en su natal ciudad y exportarla a diferentes escenarios.

El calendario hace pasar revista del valor histórico que dejaron las terceras justas regionales celebradas en la patria con antecedentes en San Juan 1966 y Ponce 1993. Por ejemplo, entablar conversaciones con los protagonistas de historias que coparon primeras planas, sacar el archivo digital para sonreír y muchas veces extrañar a los que ya no están y releer la historia a una década del majestuoso evento concentrado en el área oeste del país.

Guayanilla, presente en la memoria colectiva desde finales de diciembre de 2019 por los movimientos telúricos, dijo presente un 15 de julio de 2010 en el pase del fuego centroamericano. Dos días antes del encendido del Pebetero y dar por iniciada la competencia entre 4,877 atletas de 31 países.

Del González (sóftbol), Zacha Acosta (esgrima), Atahualpa Torres (voleibol, y Evelio Ramos (Béisbol). Todos guayanillenses. (Foto: Junior Mayagüez Acosta)

El municipio costero recibió el símbolo sagrado por la carretera 132 de Peñuelas. Una conglomeración de guayanillense y ciudadanos vecinos despertaron la curiosidad de conocer la historia de los que iban a enaltecer su origen con antorcha en mano. Una reunión de deportistas y compueblanos que 10 años después se recuerda con una sonrisa, nostalgia y esperanza.

“Ha sido lo más grande que me ha pasado”, recordó el voleibolista

Atahualpa Torres, apodado el “Guayacán Mayor”.

Atahualpa es un deportista que no pasa desapercibido por su estatura y por su sentido carismático, quien le reconoce le grita desde su auto y él saca su mano para saludar con mucho afecto.  El haber corrido uno de los últimos pases de antorcha junto a otra figura de la tierra de Agüeybana y del béisbol profesional, Evelio Ramos, le trajo una de las más grandes sorpresas de los tiempos, el reencuentro con su amigo Pablo Juan Campos.

“Ese día recuerdo que me reencontré con un gran amigo de la infancia (Pablo Juan Campos). Era un muchacho grande que comía mucho en la High School (escuela superior) y levantaba pesas. Hice una amistad grande con él y habían pasado muchos años, muchos años sin vernos. Ahí nos volvimos a ver”, recordó el “Guayacán Mayor”.

Otra de las ganancias que trae ser parte del Relevo de la Antorcha de una competición es el compartir con la gente que se representa por el símbolo patrio o municipal y/o ambos. Enaltecer el lugar de procedencia y exponer las raíces a través de un logro internacional es la devolución a un pueblo que ha sido incondicional con sus atletas.

Carlos Ortiz (bronce Río 2007) y Zacha Acosta (medallista centroamericana San Salvador 2002 y Cartagena 2006) escoltando la antorcha centroamericana. (Foto: Junior Mayagüez Acosta)

Este es el caso del boxeador medallista de bronce en los 48 kilos en los Juegos Panamericanos Río 2007, Carlos Ortiz.

“Ser parte de un relevo de antorcha fue una satisfacción enorme. Veníamos de Río 2007 y ser parte de lo que iba ser la fiesta grande de tu país, Mayagüez 2010, era algo bien emociónate. Algo bueno”, indicó el ahora entrenador profesional y miembro del equipo del campeón de los Juegos Panamericanos de Lima 2019, Oscar “El Pupilo” Collazo.

Carlos Ortiz

Yo coincido con Atahualpa y Carlos. Ser parte del pase de la antorcha que protegía el fuego centroamericano es momento que nunca se olvida por muchos aspectos. En mi caso, me tocó encender el fuego en la Plaza de Recreo rodeada de estos y otros grandes deportistas admirados, como es el pelotero Luis “Pegui” Mercado.

El pueblo te abraza por el gesto de sacar del área limítrofe con gloria tu barrio, tu gente y tu familia en una de las muchas maneras que se tiene para poner en el mapa tu pedazo de tierra, compitiendo con ciudades grandes de mayor exportación de talento deportivo.

Zacha Acosta

Para mi fue un momento que sellaba el retiro completo de la competición en la esgrima, dejando enganchada varias medallas en Juegos Centroamericanos y del Caribe (San Salvador 2002, con plata y bronce y Cartagena 2006 con bronce), representaciones panamericanas e intentos olímpicos. Caducó el plazo para los que tenían esperanza de mi regreso para acumular más “estocadas”.

El Relevo de la Antorcha significó el inicio de la travesí que amo tanto, el periodismo deportivo. (Foto: Junior Mayagüez Acosta)

Marcó el inicio por completo de la travesía que amo con igual intensidad que la competencia, el periodismo deportivo. En Mayagüez 2010 ya estaba en marcha mi profesión de oficial de prensa en la Liga Atlética Interuniversitaria e iniciaba la responsabilidad de dirigir prensa y comunicación en las instalaciones de Esgrima y Tiro con Arco en la subsede de los Juegos, Cabo Rojo.

Ese 15 de julio de 2010 pasé la Antorcha con una enorme sonrisa al que tenía la presión de representar a nuestra ciudad en tiro, Edgar Murillo. No importó el resultado que tuvo, el valor estuvo en que un hijo de Guayanilla era parte de la Delegación de Puerto Rico. Un espacio que muchos buscan con esfuerzo y sacrifico, y pocos llegan a conquistarlo.

La esperanza está presente. Solo necesitamos los protagonistas guayanillenses del deporte para los próximos relevos de antorcha en y fuera de Puerto Rico.

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