#PuertoRicoSeries “Y la bola se va y se va y se va”, Paquito Lindor

“La noticia se regó
De que un caballo caballo ballo
Jugaba béisbol; jugaba béisbol”,
Caballo Pelotero por El Gran Combo
Compositor: Bobby Capo 1964

Para amar el béisbol, se tiene que amar a la Patria. Así de fuerte es mi sentimiento hacia el juego del bate y la pelota. Un deporte que llegó para quedarse, siguiéndole los pasos al hipismo en penetrar raíces sólidas en la historia deportiva de nuestro Puerto Rico.

Nada más con decirles que fue el primer deporte que practiqué en el patio de mi casa. Lo que se convirtió en la burbuja de amor que todavía vivimos en la familia, aunque seamos dos anti-Yankees (mi papá con 29 equipos y yo con favoritismo para los #RedSox de #Boston), el yankista de mi hermano y mi mamá… nos cocina y se goza todos los juegos.

Esa pasión de escuchar las narraciones de la voz oficial de los Indios de Mayagüez, Arturo Soto Cardona, con sus frases “La Gloria, zapatos, medias”, «Derechiiiiiiiiito, strike se lo cantan, el primero», » ¡Fooooooooul hacia atrás! «Recta jinqueteada, strike, le caaaantan el segundo», «Se prepara el pitcher. Hace wind-up de frente. El lanzamientoooo. Boola. La tercera”, y muchas más estuvieron presente en la película que iba pasando en mi mente de camino al primer partido de la Serie de Puerto Rico entre los Indios de Cleveland y los Mellizos de Minnesota, en el estado Hiram Bithorn de la ciudad capital de San Juan. ¡Regresaron las Grandes Ligas a Puerto Rico, ñoooo! #CeroZika

La emoción de querer ver a varios de los puertorriqueños que nos representan en las Grandes Ligas iba a galope cada vez que me acercaba al parque. Por un lado, Francisco “Paquito” Lindor y Roberto “Bebo” Pérez con los Indios y Eddie Rosario y José Orlando Berríos con los Mellizos.

Les confieso… soy #TeamLindor. Ese cariño lo adquirí cuando representó a Puerto Rico en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014. Meses después… hizo su debut en las Mayores.

No todos los carros de los 19,516 fanáticos caben en el estacionamiento del Bithorn, por lo que me paré en el centro comercial cercano a despejarme la mente, observar el ambiente y ya saben… tener ese reencuentro con grandes amigos que se obtienen en el diamante como lo fue con el árbitro de béisbol, Edwin Carrasquillo.

Carrasquillo estuvo activo en la Serie Mundial de Pequeñas Ligas en agosto de 2017 y tuvo que salir del país, momentáneamente, por el huracán María. Se pueden imaginar ese abrazo y esa charla de todas las experiencias que se pueden hablar de camino al Bithorn.

Ya en el ambiente festivo, todos hablaban de béisbol. Ufff!, música para mis oídos.

La entrada fue más emocionante que ir a un concierto del Choliseo (coliseo José Miguel Agrelot). Allí me encontré con los colegas historiadores Ángel Colón,  Jossie Alvarado y su esposa Mara, vendiendo el libro Roberto Alomar un pelotero especial. Una pieza de colección elaborada #EnFiebre y con mucha dedicación por Jossie.

El saludo fue cortito. Rápido nos ubicamos en las gradas recibiendo energía de la buena. Vítores y sonrisas hacían lucir el espacio de los fanáticos. El terreno estaba hechizado por los protagonistas de la noche Indios y Mellizos.

Escuchar nuestra Borinqueña en el arte de Pedro Guzmán, alias “King Cabra», y a el retirado grandesligas boricua Bernie Williams de los Estados Unidos fue magistral. El lanzamiento de la primera bola de la Serie por parte de uno de los héroes de María y pasado campeón mundial con los Astros de Houston, Carlos Beltrán, fue para pelos.

La bandera, nuestra Monoestrellada, en las manos de Paquito Lindor una experiencia supercalifragilisticoespialidoso.

Compartir con una querida familia de Lares y unos fanáticos de buena charla para continuar en una plaza pública estuvo para ser la compañía perfecta en todo el encuentro.

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Familia Vélez Oliver de Lares.

Mejor se puso cuando se cumplió el sueño que todo pelotero puertorriqueño desea: conectar un cuadrangular frente a su gente. No solo eso, también remolcó una carrera. Vivimos el sueño hecho realidad de “Paquito” Lindor. Y… poder tararear:

“Y la bola se va y se va y se va
Y la bola se va
Y la bola se va y se va y se va
Y la bola se va

Anotando vienen todos
Después del batazo inmenso…”

La noche se tornó en una clásica de emociones que no se puede controlar ni con un té de manzanilla. En una noche especial para escribirle en La Estocada de uno de mis amores: el béisbol.

No me cansaré de decirles que la pasión de béisbol arropa a nuestra Isla. Es un ardor que se siente en las más profundas venas del cuerpo.

El final del partido ya ustedes lo saben… vinieron más cuadrangulares, pero ninguno será como el de Lindor. Una victoria 6-1 para los Indios sobre los Mellizos. Vamos a esperar que nos trae este miércoles que en la contraparte estará el lanzador puertorriqueño Berríos vs. el madero de “Paquito”.

Esta historia como todas las que hago del béisbol es dedicada a mi viejo, que el próximo lunes, 23 de abril cumple 72 años. Eterna agradecida de dejarme en vida una de las más grandes herencias: la pasión por el béisbol. ¡Feliz cumpleaños, papi!

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