Siempre es interesante saber que pasó en tu fecha de nacimiento. Puedes, por ejemplo, comparar la vida por etapas. Adquirir un ídolo. Tener a alguien a quien admirar. Conocer sucesos que cambian la historia.
Es un ejercicio enriquecedor que llega como el confeti a tu cumpleaños, o, en este caso al mío.
Para un 17 de enero de 1942 nació un hombre que cambió la historia del deporte del boxeo. Su tez era negra. Su lugar de nacimiento Louisville en el estado de Kentucky de Estados Unidos. Fue inscrito bajo el nombre de Cassius Clay y en su conversión al islamismo decidió llamarse Muhammad Ali.
Nación para ser triple campeón mundial y campeón olímpico en Roma 1960. Se ganó el respeto de los seguidores del pugilismo desde su incursión a los 12 años en el ensogado hasta su despedida terrenal el 3 de junio de 2016 a sus 74 años.
La figura del súper pesado surgió en un momento de difícil política para los Estados Unidos y el Mundo. El calendario de la década de 1960 fue marcado por Ali y los bloqueos formados por Estados Unidos y la Unión Soviética, en una llamada Guerra Fría.
“Muhammad Ali (o Mohamed Ali) no era estrictamente un político, ni un activista, pero su influencia fuera del cuadrilátero desborda la de cualquier otro deportista de su tiempo. El impacto de sus gestos —su conversión al islam, su rechazo a luchar en Vietnam— es comparable al de los discursos de Martin Luther King, o las manifestaciones masivas contra la guerra. Ali es un espejo, incómodo muchas veces, pero afinado, de los Estados Unidos de su tiempo”, lo describió Marc Bassets en una columna para el diario El País en el 2016.
Meses antes de su muerte había enfrentado públicamente a Donald Trump, el candidato republicano en ese entonces, hoy presidente de los Estados Unidos, por asumir su postura de vetar la entrada de los musulmanes a territorio de la nación.

Sus triunfos no llegaron de una manera nada fácil. Fue humillado por la segregación, ya que los de su color de piel tenían (y todavía siguen viviendo así) que bajar su mirada, no entrar en conflictos ignorando los insultos por “superiores”. A varios seguidores se les hizo difícil comprender su elección de religión. Las sentencias continuaban con su rechazo a la Guerra de Vietnam, trayéndole duras repercusiones en su carrera.
Al parecer era poco lo que había pagado. Su salud fue condenada a sufrir Parkinson. Esto no impidió su aparición en Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 para ser quien prendiera el pebetero.
Su reaparición en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 arrancó la ovación de los presentes y ser una personalidad admirada en los tiempos de las redes sociales.
No
obstante, en su retiro la lucha por la justicia lo llevó a ganarse mayor
popularidad entre razas, entre políticos y ser condecorado.
El deceso de su cuerpo dejó un hueco en el listado de figuras deportivas más grandes que ha dado la historia. Queda en su homogéneo a el ambiente político y su admirador, Barack Obama, la ilusión de observar los grandes logros que se pueden tener desde una raza sigue siendo atacada por el racismo.
Un día como hoy, 17 de enero, nació un ilustre en el deporte.
*Las imágenes utilizada son tomadas de Google.com y YouTube.