Nota: Es una columna que redacté y se publicó en Resistencia Deportiva en el 2015. La escojo de introducción para la nueva entrada Gesta de pelotera Diamilette Quiles añade valor a la academia.
La necesidad de que se mejore lo que se ha logrado en el deporte es un principio competitivo de todo atleta, entrenador, administrativo y fanático que le apasiona la práctica reglamentaria de una disciplina. Es por ello, que de las victorias también se debe reflexionar, como se hace con las derrotas. Ambos resultados son meritorios de atención por todos los que amamos el deporte.
La conquista de uno de los cuatro espacios a los Juegos Panamericanos, a celebrarse del 10 al 26 de julio en Toronto, con color bronceado por la Selección Nacional Femenina de Béisbol, durante el concluido torneo clasificatorio en República Dominica, es el ejemplo que alerta mi espíritu de periodista para dar a conocer las sugerencias de lo que puede ser el proyecto modelo deportivo para el país.
Es un proyecto a largo plazo. En noviembre del 2008, uno de los principales medios de comunicación del país reseñó en un video lo que sería la primera temporada de la Liga de Béisbol Femenino bajo la Federación de Béisbol Aficionado de Puerto Rico y su expresidente Israel Roldán. Fueron seis valientes apoderados con experiencia en el sóftbol que se lanzaron a la aventura: César Hernández (Arecibo), Enrique Velázquez (Dorado), Jorge Nater (Hatillo), Gerardo Flores (San Lorenzo), Augusto Acevedo (Maunabo) y la única mujer, Millie Pacheco por Yauco. La organización de la Liga recayó en Felo Ramos, presidente de las Pequeñas Ligas.
El torneo inauguró el 4 de enero del 2009, según un afiche recibido. Arecibo se proclamó como la primera novena campeona dando inicio a la historia beisbolera femenina que bajo la presidencia de José Quiles cumplió la séptima temporada con un gran compromiso de cara al ámbito internacional: los Juegos Panamericanos.
Primer punto. No importó el cambio de dirección en el ente federativo, el proyecto continuó. Se creyó en él. Se elevó y obtuvo resultado.
No todo fue como dice el dicho “color de rosa”. Cada persona involucrada en estos siete años tiene su manera de contar la historia todavía no reseñada en un libro, pero no dudo que pronto lo harán.
Cada producto que pasa el control de calidad tiene que recibir críticas, desconfianza, apoyo y el mal auguro de la competencia que teme de la ganancia que pueda tener su “rival”. ¡Es normal! Se llama competencia. El béisbol femenino no está exento del proceso.
Segundo punto. Para mejorar la calidad del bronce, el ente federativo deberá seguir confiando en sus habilidades de conocimiento en su cuerpo técnico ahora dirigido por Roberto “Sombra” Santa, asistente de la primera selección nacional del 2009, y sus hombres y mujeres de confianza. Como todo deporte, siempre existirán cambios. ¡Si ha de ser, que sean para bien!
¿Qué significa la clasificación bronceada? Es un logro indiscutiblemente que trae gran responsabilidad.
Pasamos la página para ver lo próximo. La oportunidad de releer la historia beisbolera del país como soporte de lo que “no se debe hacer” para seguir subiendo la cuesta el triunfo. Es una puerta para continuar implementando las nuevas estrategias de planificación de entrenamiento, gerencia deportiva, aplicar el desprendimiento deportivo para sanar la enfermedad del sentido de pertenencia que existe por parte de entrenadores hacia atletas y directores con los programas de desarrollo, y hacer un análisis valorativo de cantidad versus calidad, dinero versus recursos. Fórmula que la recomienda Jaime Lamboy, ahora director del Departamento de Alto Rendimiento en el Comité Olímpico de Puerto Rico con vasta experiencia en los temas y los expone por separado en su blog Equisyceros.com.
La experiencia en los medios de comunicación y trabajos académicos me guía para exponer el tercer punto: la presión mediática atacará a la novena femenina en los Panamericanos para saber si pueden o no revalidar su bronce cuando se incluya el país sede, Canadá, posicionado cuarto en el mundo. ¡No es para menos! La calidad del torneo panamericano incluye al segundo equipo del mundo, Estados Unidos, Venezuela y Cuba con el cuarto y octavo lugar del máximo escalafón internacional junto a la Patria que está décima.
Además, es uno de los tres eventos de deporte de conjunto que estarán en un diamante buscando resultados por el país junto a béisbol masculino y sóftbol femenino quedando vacante la pareja de la disciplina de las siete entradas.
Es meritorio expresarles como exatleta egresada de una federación que si aprovechan las herramientas que en el 2015 existen para elevar el nivel de competencia, la gloria estará garantizada. El resultado se puede repetir, mejorar y llevar a lo máximo haciendo un juego justo por y para las atletas.
¡El momento es ahora de crear el escenario equitativo entre todos los que confeccionan el béisbol femenino con la continuidad de un proyecto modelo para todos! Recuerden… la vara seguirá subiendo, Puerto Rico merece pasarla con éxito.
El béisbol femenino tiene el potencial de llevar el pase de batón del legado construido por el béisbol masculino. O mejor aún, la balanza puede ser balanceada logrando que dos novenas brillen por una misma tierra.